La pulpa dentaria se forma del tejido mesodérmico de la
papila dentaria, es un tejido orgánico conectivo. Posee un 25% de sustancia
orgánica y un 75% de agua en el individuo joven.
La pulpa persiste durante toda la vida del diente aunque con
la edad disminuye de tamaño. Está rodeada por tejidos calcificados, lo que le
da características particulares, especialmente cuando sufre un proceso
inflamatorio.
GENERALIDADES:
La pulpa que se aloja en la cámara pulpar es la forma madura
de la papila y tiene la particularidad de ser el único tejido blando el diente.
La cámara pulpar es una cavidad central excavada en plena
dentina, que desde el punto de vista morfológico reproduce la forma del
elemento dentinario, por lo que cambia según la anatomía de los dientes.
La cámara pulpar en los premolares y molares puede
dividirse, al igual que su contenido pulpar, en porción coronaria y porción
radicular. En la zona coronaria la cámara posee un piso y un techo, donde
encontramos los cuernos pulpares, que son prolongaciones camerales que se
dirigen hacia las cúspides.
Del piso de la cámara salen dos o tres conductos que
penetran en las raíces y terminan en uno o varios orificios en el vértice
distal de la raíz. Dichos conductos se extienden, por lo tanto, desde la región
cervical hasta el foramen apical o ápice radicular. Se denomina pulpa radicular
a la porción tisular alojada en estos conductos. En el foramen apical la pulpa
radicular se conecta directamente con el tejido periapical del ligamento
periodontal a nivel del espacio indiferenciado de Back o periápice.
Durante el desarrollo de la raíz, la vaina epitelial de
Hertwig es la que determina la forma y el número de raíces y; por ende, de los
conductos. Generalmente, el resultado es un conducto principal situado en el
centro de raíz, que abre en un agujero único central o ligeramente desviado en
sentido distal. Sin embargo, pueden formarse conductos laterales o accesorios,
como también terminar a manera de un delta apical, cuya complejidad varía de
una pieza dentaria a otra. En el caso de existir conductos laterales, el tejido
periodontal. Los canales accesorios, si bien pueden encontrarse a cualquier
nivel radicular, son más frecuentes en el tercio apical.
El tamaño de la cavidad pulpar disminuye con la edad por el
depósito continuo de dentina secundaria y, también por la aposición localizada
y deformante de la dentina terciaria que se produce como respuesta ante
distintos tipos de noxas.
El tejido pulpar y dentinario conforman estructural,
embriológica y funcionalmente una verdadera unidad biológica conocida como
complejo dentino pulpar.
ACTIVIDADES FUNCIONALES DE LA PULPA:
Función Inductora: Esta función se pone de manifiesto
durante la amelogénesis, ya que es necesario el depósito de dentina para que se
produzca la síntesis y el depósito del esmalte.
Función Formativa: La función esencial de la pulpa es formar
dentina, las células encargadas de formar la dentina son los odontoblastos y
según el momento en que ésta se produce surgen los distintos tipos de dentina:
primaria, secundaria y terciaria.
Función Nutritiva: La pulpa nutre a la dentina atreves de
las células odontoblásticas y los vasos sanguíneos subyacentes, los nutrientes
se intercambian desde los capilares palpares hacia el líquido intersticial, que
viaja hacia la dentina atreves de túbulos creados por los odontoblástos para
dar cabida a sus prolongaciones.
Función Sensitiva: La pulpa responde ante los diferentes
estímulos y agresiones mediante los nervios sensitivos, la respuesta es siempre
de tipo dolorosa. El dolor pulpar es sordo y pulsátil persistiendo durante
cierto tiempo.
Función Defensiva o Reparadora: Su función reparadora
consiste en formar dentina ante las agresiones, de esa forma también se
defiende primero formando la dentina peritubular esto impide la penetración de
microorganismos hacia la pulpa.
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